domingo, 25 de octubre de 2015

Análisis de la LOMCE (3)

Ya hace tiempo que no dedicamos espacio a continuar el análisis de la LOMCE, que lamentablemente es ya una dura realidad.
Pese a lo que se publicitó en su momento sobre su visión del entorno y la realidad empresarial, lo cierto es que no plantea soluciones ni responde a las demandas actuales, ya que parte de una falta de diagnóstico riguroso. Si tenemos en cuenta que la misión del sistema educativo público es la formacion de los ciudadanos del futuro, es casi como si estuvieramos planteando el diseño del país que queremos para dentro de 20 años ¿no parece sensato que todos podamos opinar? Y ese diagnóstico, además, debería contar con la participación muy especial de toda la comunidad educativa, que al final es la que pone en marcha el sistema.
Un aspecto ciertamente inquietante es que tiene un sesgo sexista inquietante.A pesar de que hay sentencias del Tribunal Supremo que argumentan que los centros que imparten educación diferenciada no pueden recibir conciertos, se conserva la posibilidad de otorgar subvenciones a colegios que imparten este tipo de educación. El debate sobre la idoneidad académica de la separación sólo tiene sentido si perdemos de vista que la primera misión de la educación pública es formar ciudadanos, lo que implica relación y conocimiento: si no hay relaciones entre iguales en el aula, difícilmente las habrá más adelante.
La LOMCE, por otra parte, devalúa el trabajo en el aula tanto de los profesores como de los alumnos, y aunque menciona constantemente que la evaluación debe ser diferenciada y continua, la menosprecia, así como desconfía claramente del profesorado al introducir las evaluaciones externas con personal ajeno al centro. De hecho, precticamente cada dos años los alumnos se tendrán que enfrentar a una prueba que se evaluará externamente. Obviamente, y por buenos que sean, los evaluadores deberán tener criterios estandarizados que forzosamente dejarán de lado las consideraciones personales que si tienen los profesionales de cada centro. Al final, todo eso de animar el talento de cada alumno quedará... en lo que vemos en la viñeta.

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